jueves, 13 de abril de 2023

Lecturas: Las cuatro después de la medianoche (Stephen King)

 ¡Ay! King se da un batacazo, dos batacazos, a lo tonto. Aquí tenemos dos novelas cortas suyas, lo que viene a decir dos novelas de extensión normal en cualquier otro autor pero que King las ve lo suficientemente breves como para unirlas en un volumen. Las dos, El policía de la biblioteca y El perro de la Polaroid reúnen todas las virtudes de King (el entorno cotidiano y reconocible, personajes bien definidos, una desconcertante facilidad para hacer encajar lo extraordinario en lo ordinario, la agilidad narrativa; en definitiva, todo lo que nos subyuga en King) y su peor defecto en estos años de transición entre las décadas de los 80 y 90: una incapacidad para rematar las historias sin caer en la confusión o en lo simplemente mecánico: es muy distinto narrar diciendo, por ejemplo, "corrió a casa, saltó sobre la valla y se golpeó con la puerta" que "sentía que las rodillas se levantaban en el aire con una sensación de dolor y extenuación, alternativamente, como si intentaran dejar el cuerpo entero en el aire, sintiendo cómo los músculos se tensaban y destensaban, haciendo de cada zancada un martirio que crecía a la vez que aumentaba el tamaño de la casa que también parecía acercarse, rodeada de una valla, tal vez una cerca en la luz incierta de la tarde, que le aguardaba como una presencia hostil" Dejo aquí la fatigosa narración, de esa acción simple, redactada por mí tanto en su versión breve como en el inicio de la larga, para señalar cómo King se enreda, nos describe cada movimiento, cada sensación, para encubrir un final decepcionante y torpe. Ambas novelas brevilargas son estupendas. Sus finales son de pena. Como sucedió con Los Tommynockers, tan reciente y ya reseñada. Y el final de El perro de la Polaroid siendo más convincente (aunque rechinantemente resuelto, con esa prosa fatigosa y torpe), es previsible. Como si la imaginación portentosa se hubiera convertido en la de cualquiera de nosotros. Sólo queda esperar que sus siguientes títulos nos traigan de vuelta al King anterior al alcohol, las drogas y, sí, el colutorio. Tiempo al tiempo.



2 comentarios:

  1. No tengo un recuerdo claro de estas novelas, seguramente porque no me resultaron muy atractivas.
    Sí, mala època para King. Y lo triste es que eso que señalas, los finales mal resueltos, se ha quedado para muchos como una seña de identidad del autor, como una coletilla que repiten muchos cuando se habla de SK: " lo que le fallan son los finales", "no sabe terminar las historias ", etc.

    El ejemplo que pones de "narración fatigosa" es muy significativo. Se ve que los malos hábitos le generaban verborrea. Pero el que tuvo retuvo, y el colutorio no pudo con eso :D

    Gracias una vez más por tus atinadas reseñas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Ángeles, por tu comentario. Sé que King va a retomar el vuelo (como demostrará la trilogía de Mr Mercedes/Quien pierde paga/Fin de guardia o la muy deleitosa 22/11/63), pero ahora estoy en un sinvivir, como quien contrata los servicios de un piloto y le descubre una petaca de whisky en el bolsillo...

    ResponderEliminar