viernes, 29 de noviembre de 2019

Palabras para Oliver



Ayer, en la librería-galería Isla Negra, en Málaga, tuve el honor de leer unas palabras para inaugurar una exquisita y muy intensa exposición de un artista y amigo al que amo, Perry Macon Oliver. Ahora las comparto en el blog:

Hay en la Axarquía, allí en el interior (no es baladí esta indicación pues no sólo de geografía hablamos), donde ya todo camino es hacia arriba, un hidalgo caballero de enjutas carnes que con un castellano muchas veces digno de los tiempos de Alonso Quijano el Bueno te atiende y acoge, te guía por su taller y con una sonrisa intenta explicarse cuando no lo necesita. Porque Oliver, Perry para algunos amigos puristas, ha dado, cual si de un alquimista se tratara, con una fórmula que de pronto, hierofante, sirve para expresar el mundo y la vida. Porque en la severa geometría de sus esculturas, en las curvas de sus grabados, hay, convertidas en enigmas, todas las claves para aprehender la vida. Porque es pasión y es deseo lo que nos sugiere fingiendo que nos lo oculta. Y mientras lo hace, con una lucidez que él empecinadamente negará, todas las pulsiones caben y se asoman en sus misterios visuales: no habrá gigantes ni molinos que puedan vencer a quien con su bondad y cercanía insiste en no saberse poderoso y genial. 


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