domingo, 28 de mayo de 2017

Lecturas: Los verdugos y las víctimas (Laurence Rees)

El subtítulo completa que nos encontramos ante Las páginas negras de la historia de la Segunda Guerra Mundial. Y la ilustración de la portada sobrecoge, con un verdugo que es Heinrich Himmler apoyando su brazo en el hombro de un niño presumiblemente pobre y víctima, muy dickensiano, mientras en gris otro nazi comparece entre ambos y observa sonriendo. Porque este mundo de víctimas y verdugos es el que verdadera y elocuentemente puebla este libro imprescindible. 


Dividido en siete partes (tituladas Genocidios; Resistencia; Combatir y matar al "inferior" y al "subhumano"; Prisioneros; Soldados de la fe; Servidores del régimen; y Suicidios colectivos), el libro, en forma de capítulos breves, un total de 35 en un volumen de 295 páginas, recoge resúmenes de las entrevistas que Rees realizó a supervivientes de la Segunda Guerra Mundial, que en unos casos fueron víctimas de las atrocidades de los dos bandos, pero que en otras fueron ejecutores. Nos encontramos con judíos, miembros de la resistencia, civiles diversos, soldados, aviadores. Todos cuentan con serenidad su experiencia. Que fue siempre dolorosa. Pero que en el caso de los verdugos no va acompañada de muestras de arrepentimiento. Hay una actitud común. Tanto entre nazis, soldados nazis, aviadores norteamericanos, chequistas soviéticos. No me arrepiento, cumplía órdenes, hice lo correcto, no podía hacer otra cosa. Todo eso.  Y las víctimas cuentan el sufrimiento, el ansia por vivir, la culpa por haber sobrevivido mientras otros sucumbieron. Todo eso. Todo eso que olvidamos y que algunos hijos de puta niegan. Y no me refiero sólo a los negacionistas de aquí y allá, sino de los que prefieren ignorar que barbarie hubo en cada rincón de los países convertidos en teatro de operaciones. Cada lector encontrará un villano especialmente odioso (en el momento de escribirse el libro, todos viejitos respetables), una víctima de la que compadecerse, un héroe desconocido quie de pronto recibe un nombre. Depende de la sensibilidad de cada lector. En definitiva, un libro escalofriante que debería ser leído en cada escuela.

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