No soy judío. Todavía no. Pero me siento
judío. Por lo tanto, soy judío, más allá de tribunales de conversión y
cirugías. Yo, Mario Virgilio Montañez Arroyo. Hijo de una familia católica más
o menos (más menos que más) practicante. Español, malagueño de los dos siglos.
Ello sirve, aquí, en mi áspera patria, para ser considerado un apestado. Para
ser perseguido, acosado, insultado. Como en la Alemania nazi. O como en los tweets del concejal Zapata, tan acordes con aquellos tiempos de camisas pardas (véase) No, no exagero,
no me dedico al victimismo. Basta con mirar el caso Matisyahu.
Cuando a un
judío, y sólo a un judío, por serlo, se le exige que comulgue con ciertas
ideas, con ciertos dogmas. Que abomine del sionismo. Vean las imágenes de este
comentario que quiero, que deseo, que necesito, breve. En la portada del
semanario nazi “Der Stürmer”, de 1934. El titular, traducido, pregunta “¿Quién
es el enemigo?” El artículo que lo sigue responde que el judío. El titular a
pie de página asegura “El judío es nuestra desgracia”. Las demás páginas, con
sus estereotipos, van en consonancia con el espíritu de estos días, cuando el
antisemitismo nuestro de cada día ha quedado en libertad durante varias
jornadas.
Matisyahu (a quien hace unos años
escuché en discos en los que lucía modos y mensajes jasídicos) es el enemigo.
El que nos representa a todos los que queremos creer en la fe de Abraham. No,
yo no he sido Charlie. Je ne sui pas
Charlie. Pero soy Matisyahu. Si eres ateo, o eres mormón, o católico, o
musulmán, te respetarán. Más o menos. Pero si eres judío te llevarán,
simplemente para hacer lo que sabes, a formular una autocrítica. A renegar de
tus convicciones políticas. Y después ya se verá. Si eres Capleton y eres
jamaicano y en tus letras dices cosas como
“Deberías saber que Capleton quema a los maricones, y que el mismo fuego
le pegaré a las lesbianas, a todos los
maricas y sodomitas yo mataré”, o bien "Quema a un marica, desangra a un
marica, los maricas están follando y chupando muchos coños”, o si eres
también jamaicano y negro y eres Jah Cure y has cumplido prisión por violación
tampoco te pasará nada (Véase).
Te admitirán en ese festival español. Si eres musulmán no te pedirán que aceptes al Estado de Israel, que abomines de las tropelías del llamado Estado Islámico, no, ¿para qué? Pero si eres judío y dices, como yo he
dicho, que amas a Israel serás entonces perseguido. Ya puedo, ya podemos todos
los que no comulguemos con las ideas totalitarias de los antisemitas de hoy,
estrictamente izquierdistas, ir
cosiéndonos la estrella amarilla.
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