Nos hallamos ante una joya escondida en la abrumadora producción de King. Tal vez, en un momento de exaltación, podamos decir que obra maestra. En todo caso, ahí está, firmada con el pseudónimo habitual de Richard Bachman y con una combinación exquisita, pero amarga, áspera, de novela negra (en un 70'%) y de terror (un 30%). Precisando: es una historia de odio y de miedo. El odio de un clan gitano contra quien en un accidente de coche involuntario atropella a la matriarca del clan. El miedo es el del homicida, Bill Halleck, al comprobar que las maldiciones funcionan, y la que sobre él recae (las hay peores) consiste en ir perdiendo peso de forma rápida y alarmante. Con la capacidad habitual de King de describir y compartir el dolor físico, ese no poder con su alma, con su cuerpo frágil y martirizado de Halleck. Que acude a un expeditivo amigo de la mafia, Richie Ginelli, que se embarcará en una sangrienta lucha, de poder a poder, con Taduz Lemke, el patriarca hijo de la difunta y que en su empecinamiento por vengar la muerte alcanza una majestad casi demoniaca. Por el alma de Halleck luchan Ginelli y Lemke. Tal cual. El bien contra el mal, esa vieja lucha, sólo que esta vez el bien es capaz de recurrir al mal.
Es una novela negra perfecta, rica en lances arriesgados y silbidos de balas. Es una novela de King (y de Bachman) perfecta, con su capacidad para hacer sufrir al lector, haciéndole sentir, con intensidad, el miedo y el odio. Directa como una bala al corazón. Puro King. Purísimo Bachman.
Me encanta la valoración que haces de esta novela, porque yo también creo que es una joya que no tiene el renombre que merece. Seguramente es porque, como dices, queda eclipsada entre tantos otros títulos tan brillantes también.
ResponderEliminarY me gusta mucho tu observación sobre que en esta lucha entre el bien y el mal, "el bien es capaz de recurrir al mal".
Es algo que da que pensar, ¿eh?
Me alegro de que hayas disfrutado tanto con esta lectura.