En mi propósito de leer y reseñar TODA la obra de Stephen King (con los años, uno vuelve a las fuentes, a las lecturas de género, tras haber transitado por la gran literatura), llega el turno de su octavo libro, de 1979. Ya el nombre del protagonista, John Smith, casi de anónimo por mucho que coincida con el del enamorado de Pocahontas y sí recuerde, con mayor justicia al Winston Smith de 1984 de George Orwell, nos lleva al John Doe, el Juan Nadie de Frank Capra. Un americano más, insignificante, en el marco habitual del estado de Maine, alguien de lo más corriente a quien, marca de la casa, la vida le da un vuelco. En forma de accidente de coche que le lleva a un coma de cinco años. Cuando John despierta, su novia, Sarah, se ha casado y ha tenido un hijo. Melancolía, deseo, la punzada del y si no hubiera pasado aquello. Más el don, que trasluce a la prensa, de episodios de precognición de John (no muy diferentes al "esplendor" de El resplandor). A partir de ahí, mientras John lucha por llevar una vida normal, por no ser un mono de feria, por vivir sin el amor de Sarah, o al menos sin el deseo, se impone la certidumbre de que un político populista de nulos escrúpulos, Greg Stillson, podría alcanzar la presidencia y llevar al país a la guerra y la destrucción. Un debate ético se desarrolla en el interior de John: o la normalidad tan ansiada desobedeciendo a sus visiones o intentar evitar ese futuro apocalíptico arruinando su vida. Y no diré más.
Me encanta ver que sigues con tu proyecto de leer toda la obra de King.
ResponderEliminarLa zona muerta es uno de mis favoritos, recuerdo cuánto me impresionó y cuánto lo disfruté en su momento.
Además, la adaptación cinematográfica está protagonizada, como sabrás, por Christopher Walken, uno de mis actores favoritos también. Doble regocijo!
Un saludo.