Una rareza. El único libro que escribió Chagall. Un repaso a su vida escrito cuando le quedaban otros 63 años y él tenía 35. Apenas nada. Ser trata de pinceladas (permítaseme usar el término obviamente pictórico pero inevitable) impresionistas sobre su infancia y sus años de formación. Con un estilo literario asombroso, que no es elaborado pero que con frases cortas y sincopadas manifiestan una calidad literaria insospechada, un flujo de palabras y de la imaginación imprevisibles, Chagall cautiva por más que escamotee los detalles decisivos. Como muestra, el fragmento en que cuenta su decisión de cambiar el Vitebsk nativo por París:
Pero tenía la impresión de que si me quedaba más tiempo en Vitebsk, quedaría cubierto de polvo y moho.
Vagaba por las calles, buscaba y rezaba:
"Dios, Tú que te escondes en las nubes, o detrás de la casa del zapatero, haz que aparezca mi alma, alma dolorosa de niño tartamudo, revélame el camino. No quiero ser como los demás; quiero ver un mundo nuevo".
En respuesta, la ciudad parece quebrarse, como las cuerdas de un violín y todos los habitantes empiezan a caminar sobre la tierra, alejándose de sus moradas. Los parientes se suben a los tejados y descansan.
Todos los colores se invierten, se convierten en vino y mis telas se desbordan de bebida.
Estoy la mar de bien con todos vosotros. Pero... ¿habéis oído hablar de las tradiciones, de Aix, del pintor que se cortó la oreja, de cuadrados, de París?
Vitebsk, yo te abandono.
¡Quedaos solos con vuestros arenques!
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