viernes, 20 de enero de 2023

Lecturas: La cuarta espada. La historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso (Santiago Roncagliolo)

 Es un buen libro. Es un mal autor. 

Con esas seis palabras debiera bastar. Pero el lector querrá saber más. La contraportada se atreve a comparar insensatamente este libro con A sangre fría de Truman Capote. Total, porque Roncagliolo mete aquí y allá sus vivencias entre las páginas. Entre ellas el dato, decisivo, y ya se verá por dónde sale el tiro, de que todo parte de un ofrecimiento al diario El País de escribir una serie de reportajes sobre Sendero Luminoso. De ellos sólo se llegó a publicar uno, cuyo alcance Roncagliolo magnifica en estas páginas. Pues bien, cuenta que se marcha alguna que otra vez a Perú para documentarse, en lo que él mismo no oculta que son estancias rápidas, insuficientes. Pero sí que logra lo que promete el subtítulo del libro, refiriéndose el título a cómo los suyos llamaban a Guzmán, siendo las espadas previas Lenin, Stalin y Mao. Hace un recorrido objetivo y bien narrado por la vida y acción de Guzmán (obviando su etapa de formación en China, lo que es un punto negativo para una biografía que arranca con la niñez pero que obvia esta etapa). Hasta ahí, lo dicho: un buen libro.


Es un mal autor por saltarse parte de la investigación (¿ir a China, intentar acceso a archivos chinos, buscar testigos de esa etapa? Qué pereza) y por algo grave: por saltarse la ética a la hora de (aquí asoma El País) formular ciertas afirmaciones. Creyendo que los lectores peruanos lo van a aceptar tal cual, o que los lectores españoles no tenemos memoria y además somos tontos. Lo hace al afirmar Tres cuartos de siglo después de la guerra, cuando ya nadie podía ir preso, el juez Baltasar Garzón ordenó simplemente buscar los cadáveres de los desaparecidos. Aun así, el Poder Judicial expulsó al juez. Tal cual. Basta con ir a una fuente tan sucinta como la Wikipedia para recordar por qué el juez prevaricador Garzón fue expulsado de la carrera judicial: El 22 de febrero de 2012 fue expulsado de la carrera judicial9​ tras haber sido condenado por el Tribunal Supremo a once años de inhabilitación por un delito de prevaricación cometido durante la instrucción del caso Gürtel. Por eso, Roncagliolo se manifiesta como un sectario más. Además, si se tiene la paciencia de leer la útil cronología final del libro se comprobará que menciona con profusión los excesos y matanzas cometidas por las fuerzas de seguridad peruanas. Hasta el punto de que éstas son un 60% (o más) frente a un 40% (o menos) cometidas por Sendero Luminoso. Pero sigue siendo un buen libro. No su autor.


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