lunes, 31 de mayo de 2021

Lecturas: La larga marcha (Stephen King)

 Nos hallamos ante la primera novela escrita por King, y publicada más tarde, cuando Stephen King ya había comenzado a publicar novelas con su nombre, bajo el seudónimo de Richard Bachman. Aquí no hay terror, no hay elementos sobrenaturales. Pero hay miedo, mucho, y la conciencia de lo natural, esto es, del propio cuerpo. Imagínense: en unos Estados Unidos distópicos, regido por una figura conocida como El Comandante, que aparece descrito escudado siempre tras unas gafas de sol y como si fuera un trasunto, imaginaciones mías, de Douglas MacArthur, se organiza  cada año una marcha compuesta por 100 muchachos que deben caminar a al menos 6 kilómetros y medio por hora. El premio para el ganador lo fija el propio marchador. Para los otros 99, es la muerte lo que les espera. Seguidos por un destacamento de soldados que monitorizan las velocidades de cada uno, dando un aviso cada vez que se flojea, lo que obliga a mantener la velocidad prefijada durante una hora para borrar la falta, y tras tres faltas acumuladas sin borrar, se recibe un disparo en la cabeza, lo que se sigue, a través de 100 capítulos breves, es esa cuenta atrás de vidas, cada corredor con su esperanza, sus miedos, sus rivalidades. Entre ellos destaca al protagonista, Ray Garraty, a quien vamos acompañando compartiendo su miedo de ser el siguiente en morir. Sin descanso, día y noche, bajo la lluvia, el sol y la niebla, marchaban los cien por el Valle de la Muerte, con sus calambres, incontinencias, vahídos, torceduras, caídas. La conciencia del cuerpo, de los mil avisos que puede dar, de la lucha contra el cansancio, de la necesidad de obviar las escenas terribles, constituyen la médula, doiorosa, de esta novela ejemplar y cruel.



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