miércoles, 3 de abril de 2024

Lecturas: Posesión (Stephen King)

Tal vez sea una rareza en el abrumador corpus de la obra de King. Al menos lo es llegado a este punto: una reescritura radical de otro libro, o el reaprovechamiento de personajes de otro libro contradiciendo sus circunstancias. El caso es que en el libro anterior, Desesperación, se contaba una historia en la que un puñado de desconocidos se veían sometidos a los designios de una divinidad malvada, Tak, en un pueblo del desierto, adueñándose del cuerpo y la mente de varios personajes. El policía  Collie Entragian (deudor del protagonista de El asesino dentro de mí de Jim Thompson, a quien estaba dedicada Posesión) es el más notorio de esos villanos poseídos por furor homicida. Desesperación fue escrita entre noviembre de 1994 y diciembre de 1995. La novela que aquí nos ocupa fue publicada en septiembre de 1996, y publicada a la vez que el otro libro, sin que tenga fecha de escritura. En todo caso, aparece firmada como Richard Bachman, autor de Rabia, La larga marcha, Carretera maldita, El fugitivo y Maleficio. Más adelante también firmará Blaze. Esta publicación simultánea hace posible una escritura también en paralelo. En todo caso, las referencias en un libro hacia el otro hacen que el orden preferente de lectura sea el que aquí respetamos. Lo que ambos libros tienen en común son la lógica, si es que así puede llamarse, de la posesión, ya que en Posesión es la ficción, la de unos personajes de una serie de dibujos animados, Motokops 2200, la que invade la realidad, sembrando la destrucción en un apacible suburbio residencial de Wentworth, Ohio, donde ahora residen los personajes que antes coincidieron en Desesperación, Nevada. Al fin y al cabo, lo que King nos propone es una variante de lo que ya hizo Philip K. Dick en las páginas de Ojo en el cielo, donde los personajes pasaban a compartir la visión de la realidad de otros personajes. King nos lleva a que las ensoñaciones violentas de un niño autista, Seth Garin (que no aparecía en la otra novela), seducido por la serie de televisión y su merchandising, pasen a ser reales y las cuatro carrozas-camionetas de los Motokops siembren la muerte en la calle Poplar. Esta vez Entragian es una víctima y no un verdugo, y el niño redentor Ralph Carver que en Desesperación tiene doce años tiene ahora seis, se llama David y es un niño más. Y ahora tanto él como su hermana y sus padres han intercambiado sus nombres. Johnny Marinville sigue siendo escritor, pero esta vez ha enderezado su carrera como autor de literatura infantil. Con esos mimbres, rediseñando otras vidas, dándoles una nueva oportunidad a algunos personajes, incluso los que ya murieron en Desesperación, y sacrificando a algunos que sobrevivieron en la otra ficción, King juega con nosotros. Y lo hace disfrutando, mezclando elementos que inserta como diarios personales, fragmentos de guiones de televisión, reseñas de prensa, cartas. 



El resultado es un libro extraño y fantasmagórico. Esta vez, Tak ha poseído una calle a través del alma perturbada de Seth Garin. Que no sale bien parado. Porque esta es una novela sin piedad y tal vez la más cruel de su autor. También la más extraña.

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