O lo que es lo mismo, el primero de los cuatro volúmenes en que se desgajó, para publicarla en España, la recopilación de relatos reunidas por King bajo el título de Skeleton Crew. Reconozco que me acerqué con prevención a este volumen al reconocer en el título una película que había visto (en Madrid, 1980, la primera que veía fuera de mi ciudad) y que recordaba como algo previsible, en pan piratas regresados de la tumba y emergiendo de la niebla para cepillarse a los entrañables vecinos de un pueblito costero. Pero aquella era de John Carpenter, descubro ahora, y tan buena como, ahora me pongo serio, Kung-fu contra los siete vampiros de oro. Pues lo dicho, que disculpen el exordio pero es que no, nanay, niet. El libro de King, y su magistralísimo primer relato, nada tiene que ver con aquello.
Aquí, titulando con razón el volumen, y abarcando hasta la página 213 de las 311 de que consta el volumen, esta novela corta, o novela a secas, es un prodigio de gente normal (más o menos normal) atrapada en un supermercado mientras fuera, entre la niebla, se mueven criaturas que matan. Homo hominis lupus, eso mismo. Agobiante, magníficamente resuelta y planteada, sería también una excelente introducción a la Obra Completa de King en cuya reseña me encuentro comprometido. Las otras historias que la acompañan, no desmerecen en exceso: El mono, donde un simio de juguete que hace sonar siniestramente sus platillos no se deja eliminar y se va tomando la revancha de forma sangrienta, o la fantasía casi onírica de El atajo de la señora Todd que entronca con la saga de La Torre oscura en la que King ya se había embarcado.
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