domingo, 22 de agosto de 2021

Lecturas: ¡Creer o morir! Historia políticamente incorrecta de la Revolución francesa (Claude Quétel)

 En la solapa trasera se anuncian otros títulos de esta colección (La Mancha, de la editorial Homo Legens): una autobiografía de Jean-Marie Le Pen, un libro titulado Eternamente Franco, otro sobre la vida cotidiana en el Madrid sitiado y sanguinario de la guerra civil, Zona roja, y cosas así. Va uno a la página web de la editorial y encuentra obras contra la mafia feminista (sic), contra George Soros y cositas así. Todo ese material sí es políticamente incorrecto. El libro que nos ocupa, sólo lo es en el subtítulo. Lo que compruebo con alivio tras terminar, deslumbrado, su lectura. 




Porque se trata de un estudio de conjunto de la Revolución Francesa desde sus orígenes (asentados sobre la mala administración de la economía en conjunción con los intentos de Necker de equilibrarla limitando los gastos de la corte) hasta el golpe de estado de Napoleón y el fin del periodo revolucionario. De todos los episodios y fases, éste, el del golpe del 18 de Brumario, es el más confuso. Todo lo demás, está excelentemente narrado. Tal vez lo que hace que este libro, ya desde la edición original francesa se arrogue la incorrección política puede, debe, radicar en su intención de no demonizar a Luis XVI (aunque María Antonieta no sale muy favorecida) ni de glorificar a los revolucionarios. Al final del libro, añade un apéndice en el que se repasa la historiografía de la Revolución a base de obras francesas y alguna que otra del ámbito anglosajón. Ese complemento, de fácil lectura, consigue ubicar nuestro libro en su lugar, el de la historiografía crítica que consiste en cuestionarlo todo, en no diferenciar culpables de inocentes. Si ahí se busca algún historiador afín a Quétel, podríamos apostar por Augustin Cochin, muerto en el frente en la Primera Guerra Mundial, que veía como ficticia la soberanía del pueblo francés, guiada hacia sus intereses por una minoría que finalmente perdió el control de la muchedumbre. Escribió Cochin: El pueblo libre es la masa, la muchedumbre desencadenada y abandonada a ella misma, al instinto, a la sugestión del momento, sin freno, sin jefe, sin ley, tal como se vio en julio de 1789 a los ojos atónitos de los "filósofos"; monstruo inconsciente, aullador, que aterrorizará a Francia durante cinco años.



En estas páginas seguimos a Luis XVI intentando salvar la corona y mantener la nación, a veces ridículamente, otras con genuina grandeza, vemos a Mirabeau moverse entre ambos bandos buscando una monarquía parlamentaria, vemos a DSanton intentando frenar el Terror, vemos a Robespierre intoxicado por sí mismo. Todo ello mientras sólo en París caían 33 personas diariamente bajo la cuchilla de la guillotina (12.124 víctimas entre 1790 y 1796 están recogidas en esta base de datos)y 250.000 personas (hombres, pero también mujeres, ancianos y hasta niños) eran exterminados sin piedad en la región, realista y católica, de La Vendée. Madame Roland, que en su salón acogió a los líderes de la revolución, y que también fuera guillotinada, lo proclamó: ¡Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!. Avisados quedamos. Ciudadanos, ciudadanas. Ciudadanes.



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