miércoles, 29 de abril de 2020

Lecturas: La vida exagerada de Martín Romaña (Alfredo Bryce Echenique)

Una puñetera obra maestra. Tal cual. De las de releerla y redescubrirla y apreciarla distinto y mejor dentro de unos años. De Bryce leí en mi adolescencia Un mundo para Julius que casi me entusiasmó. Poco después fui a una charla de Bryce en el Ateneo de Málaga y era un tipo con ojos chiquitos y la risa tapada por un bigote de mariachi. Que contaba cosas como que en Mallorca se alquiló una casa para recluirse a escribir una novela, que puso la máquina de escribir ante una ventana y todas las tardes se decicaba con ahinco a la escritura. Hasta que una vecina llamó a su puerta, lo tomó por un mecanógrafo y le endosó a su hija para que aprendiera, previo pago, el proceloso arte del asdfg asdfg. Tal cual. Y hace no muchos años disfruté de una novelita ligera, comprada en una librería de Lima, Las obras infames de Pancho Marambio. 


Esta vez la lectura la debo a una librería de ocasión en Málaga, que pore 3 míseros euros puso en mis manos la primera edición de esta delicia. Bibliotheca del Fénice, Editorial Argos Vergara, Barcelona, 1981. 635 páginas y un colofón que detalla los lugares en que fue escrito el libro: Málaga, París, Théule-sur-mer, Sant Antoni de Calonge, Saint-Raphaël y Montepellier. Otra grata sorpresa, saber que mi ciudad tiene ese huequito. Titánica, la novela está escrita como si se tratara de la transcripción de un largo monólogo de Martín Romaña, hastiado y recordando desde un sillón Voltaire sus andanzas por París y España, con un gracejo y fluidez asombrosas, prodigiosas, que básicamente es el relato de los amores calamitosos de Martín con Inés, luz de donde el sol la toma, mientras están participando en la célula parisina de un partido revolucionario peruano que ha encomendado a Martín, niño bien limeño al fin y al cabo, escribir una novela real-socialista sobre sindicatos pesqueros. La nostalgia de Martín por la hondonada del colchón maltrecho que compartió con Inés, las promesas de un romance con Octavia de Cádiz, la fauna militante, la terrible patrona, los perros cagones, un viacrucis rectal, el magisterio vital y literario de Hemingway, las referencias a Alfredo Bryce Echenique que también pulula alrededor de su personaje, todo ello y muchísimo más dan para sorprender a los nuevos lectores y confirmar a los hipotéticos relectores como yo mismo, a buen seguro, lo seré. Estoy seguro que es de esos libros que seducen de manera distinta a quienes a él se acercan. Avisados quedan.


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