Mierda infecta.
Y tras estas dos palabras debería dejar de añadir más a esta reseña. Pero no son suficientes para explicar por qué este libro acabará dentro de un contenedor de reciclaje de papel y no dejado piadosamente sobre el mismo a la espera de que un viandante curioso le dé una segunda oportunidad. Esta vez Palahniuk, con los buenos momentos que me ha dado con una decena de títulos, fracasa clamorosamente. Él, tan amigo de la serie B y el sensacionalismo, desciende a la serie Z. No hay en esta fábula pudor ni capacidad para hacer verosímil el gran guiñol sexual de este mundo apocalíptico en el que los hombres dejan de ser útiles. Brocha gorda y estupidez por todos lados. Lo dicho. Mierda infecta. Una lástima.
Me parece muy bien que cuando un libro es deleznable se diga claramente. Hay muy poco tiempo en la vida y no podemos perderlo en leer bazofia. Función esencial de todo crítico es orientar a los lectores sobre lo que vale la pena leer, y lo que no. Los críticos están para eso, y no para servir (crematísticamente o no) a los intereses de las editoriales. Por desgracia los suplementos culturales se han sumido ahora en esa degradación.
ResponderEliminarSandra Suárez