viernes, 21 de agosto de 2015

Lecturas: Así empieza lo malo (Javier Marías)

La decimocuarta novela (entendiendo la trilogía Tu rostro mañana como tres títulos) de Javier Marías. De ellas, he leído ocho. O puede que nueve, tan caprichosa es la memoria. Con gran placer en cinco casos, y con creciente hastío en la serie tripartita ya citada. Aquí, en el título que reseño, vuelve a la eficacia de Todas las almas o Corazón tan blanco. Sin renunciar a la frase laberíntica, los párrafos sin apenas interrupciones, a la repulsa del abominable punto y aparte. Con la distancia habitual en sus personajes, que cuentan habitualmente lo sucedido a otros, con peripecias que sólo afectan, aparentemente, sólo de forma superficial al narrador, Marías, en apuesta caprichosa, centra los hechos en los años ochenta del siglo pasado, en los coletazos de la Transición. Son hechos que el narrador, ahora maduro y entonces joven, narra con oculta melancolía y que se centran en la hostilidad de su empleador, un productor de cine, hacia su esposa a la que repudia y rechaza constantemente. Obviamente, el conflicto de pareja termina siendo un problema triangular, al que se suman otros elementos tan necesarios a la trama como enervantes. Entre ellos, en un procedimiento habitual en Marías, que gusta de incluir cameos breves de amigos, deslumbra la presencia del académico Francisco Rico, que comparece aquí pleno de ingenio, caprichoso y pedante, en una creación cómica que sirve para contrapesar los elementos más tensos del relato. También, aquí y allá, aparece la sombra de Jesús Franco, cineasta con el que a veces colabora el productor y que era, además, tío materno del propio Javier Marías Franco. El deseo, el engaño, la lealtad, el secreto, son los elementos que combina esta ficción que se mantiene con notable consistencia hasta un final dramático en el que lo malo llega y establece su reinado.


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