miércoles, 25 de mayo de 2011

25 de Mayo

Hoy es 25 de mayo. Un miércoles cualquiera de España, de ruido político a propósito de las elecciones (batacazo de los socialistas, pactos en municipios, esas zarandajas), de fútbol con el Barcelona jugándose en Wembley la Copa de Campeones (catalán consorte, soy más que apolítico, agnóstico en fútbol). Pero a catorce mil kilómetros es un día de sol, de paz, de orgullo, de patria. Porque en Argentina, que es también mi patria porque tengo allí desde 1907 familia especial y visceralmente querida, donde tengo amigos que también anidan, alborotándolo con dulce alegría mi corazón, el 25 de Mayo es la fecha sagrada, la del comienzo de su lucha por la Independencia de esta todavía áspera España. 25 de Mayo, cuando todos los argentinos, y los que por razones culturales o familiares o de simple afinidad, nos consideramos parcialmente argentinos, nos sentimos patriotas y nos prendemos de la solapa una escarapela con los colores blanco y celeste de la bandera.

         Este 25 de Mayo es especial. Todos los 25 de Mayo son especiales para mí. Esta vez por lo que hace un año fue este 25 de Mayo, aquel en el que se cumplían dos siglos desde ese momento de entusiasmo de 1810 en Buenos Aires. Y porque aquel día, el del bicentenario de la República Argentina, yo, ay, estaba allí. Recuerdo ahora ese día, ese momento en mi biografía. Con la cabeza llena de voces, de nombres, de amigos, de familiares, con los Fernández Moreno de Santos Lugares y de Devoto y de  San Isidro, con los Ceraso y Cicarelli de Santos Lugares, con los Andjell y Jarak y Kogan de Buenos Aires, con el paisaje de las calles inmóviles bajo la hojarasca de Santos Lugares, recuerdo un día que fue martes y que queda fijado en una pared de casa por una placa de metal colgada en mi biblioteca bajo un retrato de Eva Perón que lleva prendido en la esquina superior izquierda mi escarapela argentina de ese día (y que llevé también en la solapa en octubre de ese año y en Barcelona en la boda de mi amigo Luciano Ceraso).

Nostalgias argentinas en un rincón de la biblioteca

         No quiero, pues me conozco, eternizarme ni enredarme en los serpenteos de la memoria, en los caprichos de la divagación. La placa dice así: “Al Sr / MARIO VIRGILIO MONTAÑEZ / el Centro Cultural Andalucía de Buenos Aires / en agradecimiento a su / valiosa colaboración en la charla / “PICASSO MALAGUEÑO UNIVERSAL” / Santos Lugares 25 de Mayo / de 2010”. La imagen de Eva, testimonio de mi fascinación por el personaje y de mi repulsión de su marido, la compré en Buenos Aires en 1988. En un papel malo y como de los años 50, ha estado colgada desde entonces en mis domicilios. Pero volvamos a ese día. Estaba yo en casa de los Ceraso, en Santos Lugares, en el Gran Buenos Aires, por motivos de trabajo. Una exposición de obra gráfica de Picasso concebida y comisariada por mí (y no por quien la avidez por la notoriedad le concedió esos laureles ajenos) se mostraba en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, a una estación de cercanías de la de Santos Lugares. Los andaluces del CeCABA (el citado Centro Cultural Andalucía de Buenos Aires) habían solicitado que les diera una charla sobre el artista. La fecha fue la del Bicentenario Argentino. El lugar, el local de la Fraternidad (un sindicato ferroviario) en Santos Lugares.

En plena charla


Los supervivientes del extensísimo acto,
a los pies de Picasso al terminar

     Una nota de prensa cazada en Internet glosa y resume mejor que yo el transcurso del acto:
 “En el marco del Bicentenario del primer Gobierno patrio argentino, el Centro Cultural Andalucía de Buenos Aires ofreció una charla sobre el célebre artista plástico Pablo Picasso, que estuvo a cargo de Mario Virgilio Montañez, jefe del Departamento de Promoción Cultural de la Fundación Pablo Ruiz Picasso-Museo Casa Natal (Ayuntamiento de Málaga).
IberInfo (Buenos Aires)
El acto, que se llevó a cabo en la sede del CeCABA, situada en la calle Severino Langieri de la localidad bonaerense de Santos Lugares, contó con la asistencia de numeroso público y representantes de medios de comunicación orientados a la comunidad española.
Tras la presentación, que estuvo a cargo de Sergio Poves Campos, se escucharon el Himno Nacional Argentino, la Marcha Real y el Himno de Andalucía, entonándose las estrofas del primero y del último, por parte de todos los allí presentes, en pie.
A continuación, Montañez desarrolló una amplia exposición sobre el artista malagueño, explayándose en su biografía, trayectoria artística y los hechos destacados de su vida, ilustrando sus palabras con la proyección de imágenes, mostrando su evolución artística.
Fue así hilvanando los hechos, desde el nacimiento de Pablo Ruiz Picasso en Málaga, el 25 de octubre de 1881, hasta su deceso en Mougins (Francia), el 8 de abril de 1973; con referencias sobre su familia, la casa natal, sus relaciones artísticas y sentimentales y, sobre todo, su trayectoria artística.
Puso también un matiz especial al referirse al hallazgo de los restos de los padres del General D. José de San Martín en el año 1947, en la malagueña iglesia de Santiago, la misma en la que fuera bautizado el artista, que está situada frente a la plaza de la Merced, cruzando ésta en diagonal desde la sede la Fundación Pablo Picasso, en la que fuera su casa natal.
Tras la exposición, directivos del CeCABA hicieron entrega de presentes recordatorios a Mario Virgilio Montañez y, posteriormente, fue ofrecido un vino de honor.”
De esas casi cuatro horas que duró la velada, por mi locuacidad y esa capacidad de perderme en detalles prescindibles que creía amenos, recuerdo la sensación extraña de los cantos ceremoniales del comienzo, con el gesto de agradable sorpresa por parte de los argentinos al constatar que me sabía la letra de su himno nacional (“Oíd, mortales, / el grito sagrado: / libertad, libertad, libertad...”) y mi perplejidad al escuchar el himno de Andalucía en boca de esos remotos andaluces. Entre ambos cantos, el silencio respetuoso, todos en pie, a los sones de la Marcha Real. También me asombró, y no es modestia falsa, que mi disertación despertara el entusiasmo entre mis muy pacientes escuchantes (y oyentes).

Pura cotidianidad en casa de los Ceraso.
A la izquierda del sifón, Mario V.
A la derecha de la Coca-Cola, Julia Luzuriaga

Me miro aquí, en Málaga. Miro el calendario, la modesta y tan valiosa placa. Es 25 de Mayo. Ellos, tan queridos allí. Y yo aquí. Et in Arcadia ego. Quisiera estar en Santos Lugares. Ahora. Sin Picasso. Con Maribel. Con los Fernández, con los Ceraso. Sonrío. Con nostalgia. ¿Algo más que declarar, Mario? Por supuesto: ¡Viva la patria!
La nota de prensa, con imágenes, del CeCABA

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