domingo, 30 de noviembre de 2025

Lecturas: Celia en la Revolución (Elena Fortún)

Fue en los años ochenta del pasado siglo cuando esta novela fue recuperada. Escrita en los primeros compases del exilio argentino de la autora, encaró la redacción como un ejercicio de exorcizar los fantasmas del desastre colectivo. A través de su protagonista, una Celia adolescente convertida casi en aya de sus hermanas. La llegada temprana al mundo adulto es el momento también de la masacre. Sin sentimentalismos, veremos caer bajo las balas del propio bando al que Celia pertenece, adscribible en su caso y por vía paterna a Izquierda Republicana, a inocentes. Sabremos del hambre, de lo paseos, de los bombardeos. Lo dice Celia: A veces los mayores hablan de cosas que no entiendo, pero yo sé que algo grande está pasando. Esta frase condensa el desconcierto de los más jóvenes ante un conflicto que está más allá de su capacidad de comprender, pero que les afecta muy directa y cruelmente.

A lo largo de la novela, la autora no se limita a hacer una simple narración de las desventuras de Celia, sino que entrelaza hábilmente la trama personal con los grandes sucesos históricos. La Revolución que se menciona en el título no es solo un concepto abstracto, sino que se ve reflejada en los cambios y tensiones que atraviesan las vidas de los personajes. Las familias se dividen, las lealtades cambian y, por supuesto, las tensiones políticas se filtran en las conversaciones de los adultos, muchas veces sin que los niños comprendan por completo el alcance de esos conflictos.

En una de las escenas más impactantes, Celia reflexiona sobre los nuevos términos que escucha en casa, como "revolución", "sindicato" o "socialismo". Es extraño que las palabras más importantes sean las que no entiendo, dice Celia, una frase que resalta la desconexión entre los grandes movimientos históricos y la cotidianidad de los niños, que viven en un mundo de juegos y preocupaciones propias de su edad.

La obra de Elena Fortún va más allá de ser una simple crónica de la Revolución. La autora consigue capturar la esencia de lo que significa ser niño en tiempos de incertidumbre. Celia, en su ingenuidad, representa una perspectiva única sobre los grandes movimientos sociales, mostrando una mirada que a veces parece más clara que la de los propios adultos. En este sentido, "Celia en la Revolución" nos ofrece una crítica social sutil pero potente, al mismo tiempo que nos recuerda la importancia de preservar la mirada inocente y honesta de los niños, quienes, a pesar de no entender del todo los cambios que se producen a su alrededor, captan la esencia del conflicto en su propio lenguaje.

Elena Fortún logra equilibrar de manera magistral la mirada infantil con la reflexión sobre un contexto histórico complejo, permitiendo que los lectores, independientemente de su edad, se identifiquen con los personajes y los momentos que viven. En sus palabras: El mundo no deja de cambiar, y nosotros, aunque queramos, no podemos quedarnos quietos en un rincón. A pesar de que la infancia puede parecer un refugio apartado de las tensiones del mundo adulto, nada escapa a los cambios que determinan el curso de la historia. Sin grandes ambiciones, esta novela se ha convertido en un testimonio fundamental para conocer desde dentro, sea la angustia de aquella tragedia que algunos añoran.