miércoles, 8 de octubre de 2025

Lecturas: Todo es eventual (Stephen King)

Antes de enfrentarme a la conclusión, en forma de tres tochos, tres, inmisericordes, de La torre oscura, que presagio que leeré sin interés y deseando que terminen pronto el trío de mamotretos, leer una recopilación de relatos de King, como es Todo es eventual, supone un soplo de aire fresco, al saber que si la historia no me convence no durará 800 páginas sino medio centenar en el peor de los casos. Esta vez las propuestas de seducción son catorce. De las que a mi juicio todas funcionan excepto una, la titulada Las hermanitas de Eluria y que va de algo en los Territorios y que se lee con hastiada indiferencia. Y que pertenece, oh sorpresa, al ciclo de La Torre Oscura. Reseñaré sólo algunos, aclarando que recomiendo la lectura del volumen con la excepción señalada. 

El titulado 1408 es el típico relato sobre habitaciones encantadas resuelto con brillantez y mala uva. En Sala de autopsias número 4 la pesadilla angustiante sobre catalepsia es resuelta con un malvado sentido del humor digno de Fredric Brown. Magnífico es Todo lo que amas se te arrebatará, donde un hombre solitario y al borde del suicidio se obsesiona con los mensajes escritos en los baños de carretera buscando en ellos un sentido a la áspera vida. Montado en la bala es una poco evidente paráfrasis de la Odisea de Homero, en la que un estudiante se dirige azarosamente a casa para comprobar si su madre sobrevivirá o no a un infarto. Este relato combina aventura, esperanza e incertidumbre. Magistral. La moneda de la suerte trata sobre el azar y sobre la ilusión. También sobre la pobreza. Sutil e implacable.

Esta es mi elección. Que no es mejor que ninguna otra. Ni siquiera en mi rechazo.