lunes, 31 de octubre de 2022

Lecturas: La expedición (Stephen King)

 Concluye el libro de relatos Skeleton Crew con este cuarto volumen (o tercero, si se tiene en cuenta que le fueron añadidas las Dos historias para no dormir antes aparecidas como un volumen independiente). Esta vez con un resultado dispar: los cuatro nuevos relatos son irregulares. La expedición es de ciencia ficción, con un cierto aire retro pero que bien merecería ser llevado al cine por David Cronenberg (con mucha sangre salpicando la lente de la cámara). Un relato que es simplemente correcto pero que también admitiría una valoración inferior. Superviviente es aún más Cronenberg, con más sangre y dolor y vísceras y fluidos derramados para nada, y que bien hubiera podido firmar, sin quitar ni añadir una coma, Chuck Palahniuk. Horror físico, sin más. Abuela es un relato macabro, de los que admiten moscas y olores raros. Pero mejor que el primero del volumen, y también que el segundo. Tras ellos, La balada del proyectil flexible puede interpretarse como la versión King de los relatos pretendidamente cómicos de Edgar Allan Poe, tan serios, girando esta vez en torno a la escritura y la locura (una vez más, el escritor como personaje, con su condena a la soledad y la locura). Irregular, sin embargo, su voluntaria inverosimilitud juega a su favor. ¡Y eso es todo, amigos!




Lecturas: Dos historias para no dormir (Stephen King)

Se trata de un escueto volumen que se distribuyó como edición no venal en 2004, y que más tarde desaparecería del mercado para incluir su contendido dentro del volumen final del despiece de Skeleton Crew. De las dos historias aquí recogidas, una, La balsa, es una maravilla. La otra, Nona, es ambiciosa y rutinaria a la par. En La balsa nos enfrentamos a un horror inesperado y sin forma y sin por qué: lo que parece una mancha oscura que flota en un apacible lago y que por contacto absorbe toda carne que con ella entre en contacto, como la del grupo de muchachas y muchachos que nadan hasta una balsa de troncos que flota invitando al disfrute. Las horas avanzan, las muertes llegan, también el frío y la indecisa noche y la Parca entra en el juego. Inolvidable. 



Como hacer que Nona, cerrando el volumen, sepa a poco pese a su sabor lovecraftiano.

domingo, 30 de octubre de 2022

Lecturas: Historias fantásticas (Stephen King)

 Fast food King. Vale, Burger King. Lo que quiere decir justamente eso, alimento literario del que se pega al riñón y de lectura rápida. Son 11 relatos de toda laya y dos poemas. Entre los relatos tenemos imaginación infantil mezclada con realidad (el estupendo Hay tigres), estudiantes furiosos que recuerdan a la novela maldita Rabia (Apareció Caín), historias de la mafia (Zarabanda nupcial), el inquietante, próximo a la ciencia ficción, El ordenador de los dioses, la historia angustiosa pero algo previsible de El hombre que no quería estrechar manos, la historia de ci-fi un tanto pesada de La playa, el tributo a M. R. James que podría ser La imagen de la muerte, la monstruosa disfuncionalidad sangrienta del muy interesante El camión del tío Otto, las historias macabras porque-sí de las dos relatos del lechero, la historia, no exenta de poesía, de pequeña comunidad aislada de El brazo y los dos poemas, irregulares ambos, Para Owen (su hijo, algo de guía paternas, mucho de afecto y alguna gota inquietante) y Paranoia: un canto  en el que se proyecta la sombra ominosa de Randall Flagg, mega villano de King. 



Es un festín de literatura, con su poquito de colesterol, bueno o malo, pero una excelente muestra de un hombre orquesta capaz de manejar diversos registros con desparpajo y rotundidad. 


Lecturas: La niebla (Stephen King)

O lo que es lo mismo, el primero de los cuatro volúmenes en que se desgajó, para publicarla en España, la recopilación de relatos reunidas por King bajo el título de Skeleton Crew. Reconozco que me acerqué con prevención a este volumen al reconocer en el título una película que había visto (en Madrid, 1980, la primera que veía fuera de mi ciudad) y que recordaba como algo previsible, en pan piratas regresados de la tumba y emergiendo de la niebla para cepillarse a los entrañables vecinos de un pueblito costero. Pero aquella era de John Carpenter, descubro ahora, y tan buena como, ahora me pongo serio, Kung-fu contra los siete vampiros de oro. Pues lo dicho, que disculpen el exordio pero es que no, nanay, niet. El libro de King, y su magistralísimo primer relato, nada tiene que ver con aquello.



    Aquí, titulando con razón el volumen, y abarcando hasta la página 213 de las 311 de que consta el volumen, esta novela corta, o novela a secas, es un prodigio de gente normal (más o menos normal) atrapada en un supermercado mientras fuera, entre la niebla, se mueven criaturas que matan. Homo hominis lupus, eso mismo. Agobiante, magníficamente resuelta y planteada, sería también una excelente introducción a la Obra Completa de King en cuya reseña me encuentro comprometido. Las otras historias que la acompañan, no desmerecen en exceso: El mono, donde un simio de juguete que hace sonar siniestramente sus platillos no se deja eliminar y se va tomando la revancha de forma sangrienta, o la fantasía casi onírica de El atajo de la señora Todd que entronca con la saga de La Torre oscura en la que King ya se había embarcado.