martes, 27 de julio de 2021

Lecturas: Ojos de fuego (Stephen King)

 Se dice que la escribió como secuela de Carrie. Puede ser: una moza con superpoderes. Y eso es todo. Y como novela es mucho mejor. Charlie McGee es una adolescente casi niña que huye con su padre tras la muerte de la madre. Los tres, merced a un experimento gubernamental con drogas, adquirieron (en el caso de Charlie por genética) habilidades extraordinarias: telequinesis el padre, hipnosis la madre y piroquinesis la hija. La madre caerá a manos de la agencia oficial y secreta que los persigue para anularlos. Como si se tratara de la huida a Egipto de los Evangelios. Con toneladas de violencia y de acción, de imprevistas traiciones y giros de guión, la novela se lee en un suspiro deleitoso. Los recelos hacia los organismos oficiales, que aparecieron en Apocalipsis reaparecerán más adelante en Carretera maldita y en El fugitivo. 



Lecturas: La zona muerta (Stephen King)

 En mi propósito de leer y reseñar TODA la obra de Stephen King (con los años, uno vuelve a las fuentes, a las lecturas de género, tras haber transitado por la gran literatura), llega el turno de su octavo libro, de 1979. Ya el nombre del protagonista, John Smith, casi de anónimo por mucho que coincida con el del enamorado de Pocahontas y sí recuerde, con mayor justicia al Winston Smith de 1984 de George Orwell, nos lleva al John Doe, el Juan Nadie de Frank Capra. Un americano más, insignificante, en el marco habitual del estado de Maine, alguien de lo más corriente a quien, marca de la casa, la vida le da un vuelco. En forma de accidente de coche que le lleva a un coma de cinco años. Cuando John despierta, su novia, Sarah, se ha casado y ha tenido un hijo. Melancolía, deseo, la punzada del y si no hubiera pasado aquello. Más el don, que trasluce a la prensa, de episodios de precognición de John (no muy diferentes al "esplendor" de El resplandor). A partir de ahí, mientras John lucha por llevar una vida normal, por no ser un mono de feria, por vivir sin el amor de Sarah, o al menos sin el deseo, se impone la certidumbre de que un político populista de nulos escrúpulos, Greg Stillson, podría alcanzar la presidencia y llevar al país a la guerra y la destrucción. Un debate ético se desarrolla en el interior de John: o la normalidad tan ansiada desobedeciendo a sus visiones o intentar evitar ese futuro apocalíptico arruinando su vida. Y no diré más.



lunes, 26 de julio de 2021

Lecturas: Rabia (Stephen King)

 Éste es el libro, el único, que King no ha querido que se reedite. Es, por tanto, inencontrable. A no ser que el azar te lleve a encontrarlo en una edición de 1997, de quiosco, en una librería de segunda mano y procedente del cierre y liquidación de una biblioteca pública (el sobre para la ficha de préstamo recoge que salió de la biblioteca sólo seis veces entre 2008 y 2014). La razón, que está lleno de malas ideas que alguien (Columbine y otros centros educativos) quiso imitar. Aquí, Charlie Decker, un alumno de un instituto se harta de todo y se lleva a clase una pistola y muchos proyectiles. Imagínense el resto. O no tanto: al fin y al cabo, los muertos son pocos (un par de profesores) y los rehenes una veintena. Charlie durante unas horas se confiesa con sus compañeros, de los que se convierte en una Scheherezade deslenguada y amarga, descarada y lúbrica. Una especie de Holden Caulfield sin buenas intenciones. Una novela ligera y peligrosa. Puro King (aunque es de las que firmó como Richard Bachman). Muy recomendable.