Que a 50 páginas del final dejes un libro sin terminar durante un mes, sin que se te pase por la mente finalizarlo, olvidando incluso el título, significa que el libro es más que malo. Es lo que me ha pasado con este, cuando el desbarajuste del autor (bueno, y de este lector) hace imposible seguir la lectura. Y no sirve, superada ya la treintena de volúmenes de King leídos, la calidad de la escritura, los secretos entre amigos semi-ocultos, la riqueza de detalles biográficos, marca de la casa, para atarnos al destino ominoso de los personajes. Hasta, digamos, la página 200, la trama era gobernable, hacía uno el esfuerzo para aprenderse el nombre, y recordar las circunstancias, de cada personaje. Pero de pronto, con la llegada de extraterrestres y la identificación de sus habilidades, el lector, este lector, cae en esa desesperación de "me he perdido, y como no recupere el hilo estoy jodido". Y así fue. Cuando al final me dije que había que terminarlo como he hecho con todo título de King, ya era tarde. Tal vez sea culpa mía. Tal vez de King, que ya desbarró en otros títulos infames. No me sirve que intenten vender este volumen como una continuación secreta de It. No. No es suficiente. Para mí será este uno de los peores libros de King. Menos mal que sé que vendrán otros que lo mejoren.
Pan para hoy
Escritos, opiniones y arbitrariedades de Mario Virgilio Montañez
miércoles, 30 de octubre de 2024
lunes, 23 de septiembre de 2024
Lecturas: Eso no estaba en mi libro de Historia de Málaga (Alberto J. Palomo Cruz)
Entre mis defectos se cuenta ser malagueño. Lo que es también una virtud: el malagueño no se vanagloria de su naturaleza, no lo considera un mérito. Es una de las ciudades más antiguas de Occidente (sólo superada por Cádiz y Huelva, aunque los últimos descubrimientos, muy recientes, demuestran que ya estaba habitada en el Calcolítico, lo que la situaría bastante por delante en esa vanidosa clasificación), y una Historia tan extensa da para mucho. Este libro curioso y entretenido, aunque medianito, cumple con lo que promete, pero deja fuera momentos interesantes del devenir de Málaga que también deben guardar un dato curioso. Así, de este libro me ha sorprendido la hipotética filiación malaguita de la hipotética esposa de Poncio Pilato, la relación con la ciudad del padre de Santa Teresa de Jesús y poco más. Que no se nombren episodios como la Guerra de Independencia, la masacre de Torrijos (con la posible intervención de Lord Tennyson hasta el sacrificio final que sí recoge Galdós, la Guerra Civil, la historia del Hospital de Santo Tomás, o la de los camposantos locales, el terremoto de 1884 o el episodio de las Hipolitinas quedan fuera. Cada libro tiene su autor y su criterio, su labor de selección con renuncias dolorosas. Nada que objetar. Pero poco que disfrutar en mi caso.
sábado, 31 de agosto de 2024
Lecturas: Mientras escribo (Stephen King)
Reconozco el impacto que en mí tuvo la carta al querido y remoto muchacho que Ernesto Sabato incluyó en Abaddón el exterminador. Verdadero manual parta jóvenes escritores en el que se proporcionaban las herramientas para no desistir en el oficio cuando éste no es un pasatiempo sino una necesidad. Este libro de King tiene un valor similar, pero entrando en la mecánica del acto, en su práctica y no sólo en la teórica como hizo mi amado y añorado y nunca lejano amigo. Esta vez, tras un arranque en el que King narra sus orígenes y su degeneración en un adicto a las drogas y al alcohol que escribe compulsivamente, se proporcionan consejos con sencillez, y con ejemplos acaso innecesarios, como la necesidad de revisar y acortar los textos o la pertinencia de no hacer esquemas previos por cuanto encorsetan la ficción. Aquí, con sentencias tajantes, bien razonadas, como La vida no está al servicio del arte, sino al revés, se guía al lector/escritor por el hecho creativo, con consejos especialmente atinados como el de escribir 2.000 palabras diarias, algo que los que alguna vez hemos sido escritores reconocemos como una extensión razonable e incluso óptima. Aquí más que orientar al lector en la lógica interna de algunas ficciones como Misery, se dirige King al lector que quiere ser escritor, con el que comparte las herramientas y orientaciones sabias y generosas. Querido y remoto Stephen, ¡gracias!
viernes, 30 de agosto de 2024
Lecturas: Corazones en la Atlántida (Stephen King)
En una revista gloriosa como The Magazine of Fantasy and Science Fiction, Charles de Lint afirmó que este libro es "la gran novela estadounidense de los baby boomers", ya que "cuando está en la cima de su forma, como ciertamente lo está aquí, él [King] puede ser tan provocador e inspirador como <inserte aquí su autor literario favorito>". Nada menos. Pero no es para tanto. Lo que sí se observa es un intento de King de escapar de los géneros, huyendo de elementos fantásticos pero esta huida es algo frustrado. A través de tres relatos largos y dos muy breves, hace transitar a un puñado de personajes a lo largo de cinco momentos históricos (1960, 1966, 1983, y dos momentos de 1999) desde lo cotidiano hasta lo fantástico, estropeando el relato a medida que los elementos fantásticos hacen su aparición. Así, en la primera de las historias, la más extensa, titulada Hampones con chaquetas amarillas todo es deleitable, con sus notas de extrañeza habituales, hasta que, maldición, aparece el ka (en mi mente, ka-de-los-cojones) y alusiones a la fatigosa saga de La torre oscura. Al menos, ese batacazo desaparece en pocas páginas. La siguiente parte del libro, Corazones en la Atlántida, es el inicio de una historia de amor entre estudiantes que se refugian en un juego de cartas, el de los corazones, para huir de la amenaza del llamamiento a filas en la guerra de Vietnam. Nada que objetar.
En la titulada Willie el ciego seguimos la doble vida de uno de los personajes que conocimos en 1960. Veintitrés años después, también la vida de Carol, niña que en la primera parte vive una experiencia dolorosa, también vive bajo otra identidad tras su participación en un grupo subversivo. En la cuarta parte, ¿Qué hacemos en Vietnam? se cuenta la guerra de Vietnam desde sus secuelas y los traumas que deja en las mentes y las almas de sus participantes. Pero King introduce un pasaje que obra en detrimento de esta historia y daña la experiencia de la lectura del libro entero, a través de una avalancha heterogénea de elementos que caen del cielo y que constituye, a mi juicio, una de las mayores torpezas, una de las más ridículas, de la bibliografía de King hasta el momento. Para cerrar el volumen, el relato Se ciernen ya las sombras de la noche devuelve la cordura a este volumen desconcertante a través de la emoción.
jueves, 15 de agosto de 2024
Lecturas: La turista (Yun Ko-eun)
Literatura surcoreana. De hoy, de autora joven. Vendida la novela, primera publicada en español de Yun Ko-eun, copiando lo que dice la faja, como UN VIAJE DE LUJO A LA BOCA DEL LOBO. Llega la autora coreana más salvaje, incorrecta, vitriólica, «ultraincisiva y altamente literaria» (Refinery29) con el mejor libro del año según Harper’s Bazar y Entropy. «Frescay afilada, [...] ingeniosa y absurda. Un eco-thriller entretenidísimo».Saba Ahmed, The Guardian. «Sobria pero provocadora, Ko-eun ofrece una sátira perspicaz [...] que combina hábilmente lo absurdo con el horror absoluto. Con un escenario isleño fascinante y catastrófico, La turista indaga en el coste humano del turismo».Publishers Weekly. «Esta novela-petardo no podría ser más pertinente».Sarah Neilson, Shondaland.
Conste que amo Corea del Sur, un país que he visitado siete veces, y que algunos de mis mejores amigos son coreanos. De ahí que no dudara en comprar y leer esta novela. Que no es como la faja promete y que se lee con el mismo hartazgo que las de J. G. Ballard. Aquí sólo hay eso: gelidez, concisión, personajes que se sabe lo que piensan pero no lo que sienten. Bajo la máscara de una crítica al capitalismo, a cómo las empresas no dudan en sacrificar vidas y acaso emociones con tal de tener beneficios, asistimos a un viaje a una fantasmal isla convertida en tablero para el negocio. Poco más. La protagonista, la programadora de viajes, Yona Ko, ni emociona ni apenas interesa. Que acá y allá mueran sin avisar personajes importantes es incluso algo que se agradece. Poco más.
Lecturas: La chica que amaba a Tom Gordon (Stephen King)
Una novelita leve, concisa, eficaz. Que no perdura en la memoria pero que deja una gratísima impresión. Con economía de medios, nos muestra las semanas que una niña pasa perdida en una zona boscosa, acompañada por una radio a pilas y la presencia imaginaria de Tom Gordon, un jugador de beisbol de quien es seguidora. Aquí, el elemento sobrenatural está ausente, o reducido a la interpretación de una rara figura que comparece en las páginas finales. En todo caso, no importa: aquí el miedo es tangible, basado en elementos reales como los insistentes mosquitos, el calor, el frío, el desconcierto, la desesperanza. Nada más. Y nada menos.
domingo, 11 de agosto de 2024
Lecturas: Ha estallado la paz (José María Gironella)
En el prólogo, Gironella anuncia una enormidad: seguir la saga de la familia Alvear hasta el día en que se produzca la sucesión en la Jefatura del Estado. Háganse una idea: si este tercer tomo se inicia el 1 de abril de 1939 (Día de la Victoria) y concluye el 12 de diciembre de 1941, y ocupa 801 páginas en la edición de Booket, ¿cuántos tomos hubiera requerido para alcanzar el 20 de noviembre de 1975, fecha en que Franco pasó a peor vida?, ¿cuántos miles de páginas? Y todo ello sin salir (apenas) de Gerona (que tampoco es Macondo). Se ve que el desinterés de los lectores tras este volumen publicado en 1966, al que seguirá otro, Los hombres lloran solos, que aparecería en 1986 sin pena ni gloria, le convencieron de la insensatez de estirar el chicle hasta convertirlo en una piedra insípida. Porque este tercer libro es justamente eso, un tráfago, una acumulación de palabras y personajes que se siguen sin interés deseando que Hitler invada Polonia y más adelante la Unión Soviética y más adelante Japón Pearl Harbor, con tal de que el letargo palabrero de los personajes se sacuda y la Historia insufle vida a las historias. Pero ni siquiera la partida a la División Azul de algunos personajes, ni el intercambio epistolar desde el exilio sirven para levantar esta novela fallida que da lástima en su fracaso. De nada sirve la naturalidad, sin moralismos ni condenas, con que se trata la homosexualidad de un personaje, o el descreimiento de otro, para salvar este libro del contenedor azul.