Bajo tales augurios lo que nos ofrece King es una abrumadora sucesión de relatos que rozan la categoría de obras maestras la mayoría de ellas. Cada lector podrá adoptar alguno de ellos para situarlo entre los que guardará por siempre en la memoria. En mi caso, La primavera de fresa, un relato encantador y lírico narrado desde el peor punto de vista. O La cornisa, de un lento y agotador sadismo. Una veintena de propuestas para el asombro y el disfrute. En términos comparativos, es el Ficciones de King. Al que seguirán otros volúmenes de relatos que, estoy seguro, dejarán a este como un remoto y modesto joyel. Mientras tanto, libros como éste se convierten en motivo suficiente para que la adicción a la obra de King se torne insanamente incurable.
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