Correcto como todos los de su Historia Universal Asimov. Aquí asistimos a lo inevitable, a cómo la insensibilidad de Inglaterra llevó a la rebelión a sus colonias, cansadas de no tener voz. A lo largo del relato, que llega a cansar por la acumulación de escaramuzas y batallas no decisivas por doquier, asistimos al ascenso de George Washington a la vez que la del militar rebelde Benedict Arnold, que cansado de humillaciones por los suyos, dispuestos a todo con tal de no reconocer su brillantez y su valía, llegará a convertirse en desertor y, por tanto, en el gran traidor de la nación hasta nuestros días. La figura trágica de Alexander Hamilton, muerto en un duelo a pistola con el vicepresidente Aaron Burr, significa, como Arnold, la de otra América convertida en conjetura. Finalmente, la guerra contra Inglaterra de 1812, en la que el antiguo vencido está a punto de alcanzar la victoria llegando incluso a ocupar Washington D. C. e incendiar la Casa Blanca, deja a Estados Unidos libre pero dispuesto a pasar por nuevos problemas que le llevarán a la Guerra Civil medio siglo más tarde. Es muy útil esta apretada síntesis de Historia de Estados Unidos para comprender que la visión que teníamos de ese gran país no es exacta. Demasiadas tensiones entre los Estados estuvieron a punto de hacer imposible que se mantuvieran Unidos. La guerra de Secesión fue, al fin y al cabo, inevitable.
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