lunes, 28 de julio de 2014

Lecturas: Alfonso XIV. Un crimen de estado (Lluís-Anton Baulenas)

Sin pena ni gloria. Es el lema que podría figurar en el escudo de armas de la mayoría de los libros que terminan en la sección de saldos, en las librerías de ocasión. Por mucho que estén atestadas de Quijotes, Odiseas, Regentas u otros clásicos, lo normal es que se conviertan en purgatorios de libros, esperando el definitivo infierno que será una planta de reciclaje o la gloria de una segunda vida en una biblioteca propicia. Es lo que pasó con el presente volumen, seleccionado en una de esas librerías de chollos y apuestas, pensando que  tenía entre manos una ucronía. Pero no lo es. Se trata de una novela negra que toma como base de partida una hipótesis creíble. Alfonso XIII rechaza la paternidad sobre un nuevo embarazo de la reina Victoria Eugenia (ausencias de ambos en los momentos clave, le causan dudas razonables al rey infiel). Ese niño será entregado a una familia adicta, y el bastardo nunca sabrá de su condición. En pleno franquismo, a semanas de la boda ateniense de Juan Carlos de Borbón, Franco decide que no sea el hijo de don Juan el heredero de la corona y el reino sino el inconsciente bastardo (aunque en puridad no lo sea, al tener a reyes como padre y madre).
 

En pleno trance de la sucesión de Juan Carlos I a Felipe VI, la lectura se hacía propicia. El propio apellido del autor, Baulenas, parecía convertirse en una versión catalana de Bolena. Por medio, esperas en aeropuertos, vuelos largos, noches de hotel. La elección fue fácil. También la lectura. Lo que al comienzo se lee con agrado, con escenas chocantes, terminará siendo algo rutinario, algo mil veces visto en cualquier película de suspense, en la que el traidor obvio es alguien muy cercano y una finta argumental final impone su tachán y la conclusión. Nada más que eso. La Barcelona de 1962, con transformistas y con clubs privados de señoritos más o menos crápulas, tampoco es muy creíble, aunque sí interesante. Por todo ello, por no cumplir con lo que faja y contraportada prometían aporte del subtítulo torpe y casi estúpido-, por no entrar en las intrigas políticas del Régimen y la Corona, por ser una novela negra más, por no ser siquiera una ucronía torpe, el interés se apaga y se cierra el libro que tendrá como destino inminente el reciclaje. Sin pena ni gloria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario