jueves, 29 de diciembre de 2016

Melodías hebreas: de Sefarad a la música klezmer (8): Música para el Sabbat

Aunque el Sabbat, que se inicia en la tarde-noche del viernes y concluye el sábado cuando se divisa al menos una tercera estrella en el cielo, es recibido en la sinagoga con un oficio vespertino, es en los hogares donde tiene mayor significado con la ceremonia de Kabbalat Sabbat, que se celebra en familia y comienza con el encendido de dos velas. En el curso de esa ceremonia, al regresar a casa tras acoger el sabbat en la sinagoga, se entona una canción que es la más amada por el pueblo judío, Shalom Aleichem (La paz sea con vosotros). Son muy variadas las versiones de este tema, sobre la misma melodía compuesta en 1910 por el rabino norteamericano Israel Goldfarb, con letra compuesta por cabalistas de Safed a finales del siglo XVI o comienzos del XVII. 



El motivo de la canción es acoger en casa a los ángeles que acompañan a cada creyente en el camino. Se cree que esos ángeles son dos: uno bueno y otro malo. Si la casa ha sido bien preparada para el Sabbat (es requisito que todo esté limpio y en orden, y los fieles dispuestos a respetar la fiesta), el ángel bueno dirá "Sea así el próximo Sabbat". A lo que el ángel malo, resignado, responderá con un Amén. Si la casa no está preparada y el Sabbat es calamitoso, será el ángel malo el que pronunciará las palabras, y será el ángel bueno el que reconocerá su fracaso. La letra es la siguiente, traducida del hebreo:


Que la paz sea con vosotros,
ángeles ministeriales,
ángeles del Altísimo,
el Supremo Rey de reyes, 
es Santo, bendito es.

Que su venida sea en paz,
ángeles de paz, ángeles del Altísimo,
el Supremo Rey de reyes,
es Santo, bendito es.

Bendecidme con paz,
ángeles de paz, ángeles del Altísimo,
el Supremo Rey de reyes

es Santo, bendito es.

Una versión especialmente emotiva y elegante, plena de matices sefardíes y de sabor español, es la de la cantante judía brasileña Fortuna Safdié. 




Dedicado el Sabbat al descanso y al cultivo del alma (se dice que durante esa pausa se tiene un alma adicional), se canta en templos y hogares. La canción Leja Dodi, sobre un texto del rabino del siglo XVI Shlomo Halevi Alkabetz, celebra la llegada del Sabbat al que convierte en una reina que llega para visitarnos, en una amada siempre fiel. La versión que comparto es estrictamente sefardí. 






Hay versiones en estilo cantorial para coro:





No hay casi estilo musical que no haya hecho suya la melodía y la letra de Leja dodi. Quizás una de las más acordes con el gusto de los jóvenes sea la del grupo universitario norteamericano Maccabeats, que combina la letra original con la melodía del Aleluya de Leonard Cohen. La identificación del Sabbat con una novia hace que esta canción tan versátil suene también en las bodas hebreas. En todo caso, la letra que se canta en tantas sinagogas y hogares es la que sigue:

Ven amado mío al encuentro de la novia;
a recibir la presencia del Sabbat.
Guardad y recordad al unísono en una sola frase:
el Dios único nos hizo escuchar,
el Eterno es Uno y Su nombre es Uno,
para honra, gloria y alabanza.
Al encuentro del Sabbat vayamos
pues es la fuente de la bendición,
desde el comienzo, desde el principio consagrado
como finalidad de la obra de la creación.
Santuario del Rey, ciudad real,
¡levántate!, ¡sal de en medio de las ruinas!;
demasiado has morado en el valle de las lágrimas
y Él de ti se apiadará.
¡Sacúdete del polvo! ¡Levántate!
Vístete hermosas galas, pueblo mío,
que por medio del hijo de Ishai

de Bet Léjkem se acerca tu redención.
¡Despiértate! ¡Despiértate!,
que ha llegado tu luz, ¡Levántate! ¡Resplandece!
¡Despierta! ¡Despierta! entona una canción,
que la Gloria del Eterno te será revelada.
No te avergüences ni te humilles,
¿por qué tiemblas, por qué te conmueves?
En ti buscarán refugio los pobres de mi pueblo
y la ciudad se construirá sobre sus ruinas.
Y serán para despojo los que te despojaron
y todos tus destructores de ti se alejarán.
Contigo se alegrará tu Dios,
como se alegra el novio con su amada.
A diestra y siniestra te extenderás
y a Dios reverenciarás,
de la mano de un hombre descendiente de Peretz
y nos alegraremos y nos regocijaremos.
Ven en paz, corona de su esposo,
con alegría, con canto y alborozo
entre los fieles del pueblo escogido.
¡Ven novia! ¡Ven novia!
La reina Sabbat. 

Aunque si se quiere rastrear la música en el Sabbat hasta su ejemplo más sencillo, debe observarse que en los hogares, cada elemento usado en la ceremonia de recepción del Sabbat es bendecido, y cada una de estas bendiciones es cantada. Por ejemplo, el vino se bendice con la fórmula Bendito eres tú, Señor nuestro, rey del mundo, creador del fruto de la vid, y que en hebreo es  Baruj Atta Adonai /  Elohenu Melej Haolam, / perí boré hagofem. Veamos una breve explicación, y canto, de esas bendiciones:



Pero aquí tenemos, para terminar, otro canto para el Sabbat, que suele unirse al “Leja Dodi” del que ya nos hemos ocupado, que habla de la llegada del Mesías. Oigamos la voz de Lorin Skamberg, y con él a The Klezmatics, el grupo americano más aclamado de la música Klezmer.



La letra, original en yiddish, es en español así: 

Cintas, perlas, banderas de oro.
El Mesías, hijo de David, está sobre nosotros;
él sostiene un cubilete en su mano derecha 
y da su bendición a la tierra entera.
Amén, amén, 
ésta es la verdad:
el Mesías vendrá este año:
si él viene montando, 
los buenos años venideros serán buenos;
si él viene a caballo, 
los nuevos tiempos están cerca;  
si él viene caminando, 
colocarán a cada judío 
en la Tierra de Israel.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Melodías hebreas: de Sefarad a la música klezmer (7): Música litúrgica

La liturgia judía es fundamentalmente musical. E íntegramente en hebreo, con la salvedad excepcional de algunos textos en arameo. El rabino da una entonación musical a los textos que lee, a veces con una velocidad muy alta, y basando el recitado en el melisma aplicado a algunas palabras. Pero es el jazán. o cantor, en quien recae la  función de cantar la liturgia, aportando emoción a la devoción, conduciendo las plegarias. En el ámbito azkenazi, la función del jazán se profesionalizó en la segunda mitad del siglo XIX, merced a la actividad en Viena del cantor Salomon Suizer (1804-1890) hasta el punto de que en algunas comunidades el jazán se llega a considerar como un segundo rabino. 

En el siglo XX, cantores como Gershon Sirota (1874-1943), muerto en el levantamiento del ghetto de Varsovia, alcanzaron amplia fama, hasta el punto de ser considerado el Caruso judío. Más tarde, el primer film sonoro, "El cantor de jazz" (Alan Crosland, 1927), en el que sólo los números musicales y algunas breves frases tenían sonido, popularizó la música litúrgica judía merced al momento, pleno de patetismo, en el que Al Jolson (judío el propio actor y cantante) sustituye a su padre moribundo en la sinagoga en el día de Yom Kipur (el más sagrado del calendario hebreo) para entonar la que quizás sea la más hermosa melodía religiosa judía: Kol nidre (Todos los votos).



El texto traducido es el siguiente:


Nos arrepentimos por el incumplimiento de todos los votos que formulamos, de las obligaciones rituales que contrajimos, de los anatemas en los cuales incurrimos y de los juramentos que prestamos. Desde el último Día de la Expiación, hasta este día de hoy, y desde este Día de la Expiación hasta el próximo Día de la Expiación que nos llegue para el bien y la paz. 

De todos ellos nos arrepentimos. Sean todos ellos absueltos, nulos y sin valor, sin efecto, y sin carácter de obligación.

Nuestros votos que no sean considerados como tal, tampoco nuestras obligaciones ni los juramentos.

Y le será perdonado a toda la congregación de los Hijos de Israel, así como al extranjero que reside entre ellos, ya que todo el pueblo pecó por omisión. 


Es en Estados Unidos donde la coincidencia de una pujante población judía, unida a una industria discográfica especialmente atenta a los diversos públicos, donde el arte cantorial ha alcanzado mayores hitos, como los cantores David Roitman (1884-1943), Israel Schorr (1886-1935), Pierre Pinchik (1893?-1971), Pinchas Jassinowsy (1886-1954), David Kusevitsky (1911-1985) o Moshe Ganchoff (1904-1997). En la actualidad (esta entrada se ha estado escribiendo escuchando sus discos y los de Adolphe Attia), es Benzion Miller quien posee una técnica más depurada y una capacidad vocal más destacable. A continuación, Miller en su sinagoga de Brooklyn acompañado de coro.



Hay otras versiones hermosas de Kol Nidre (aquí, en concierto en la Sinagoga Portuguesa de Amsterdam. El cantor es Alberto Mizrahi, de Chicago. Le acompañan Naftali Herstik y Benzion Miller.



La popularidad de la melodía, con todo, y por méritos propios, en el ámbito de la mús¡ca culta, aunque Beethoven incluyó, para después difuminarla, la melodía en el arranque de su cuarteto de cuerdas op. 311 (también Arnold Schoenberg hará su propia versión (se puede disfrutar en este enlace),  está cimentada en la adaptación que Max Bruch realizó en 1880 y que ha tenido a su vez hermosísimas adaptaciones, como la que podemos escuchar con Jacqueline Du Pré como solista al cello:






domingo, 11 de diciembre de 2016

Lecturas: Nadie fue (Juan B. Yofre)

Le tenía ganas, atrasadas, a este libro. Desde los días del Bicentenario argentino, allá por 2010, cuando lo vi con profusión en los escaparates (debiera escribir vidrieras por recuperar el modo rioplatense) de Buenos Aires con una cubierta que mostraba a las claras la violencia de los últimos meses de la fallida democracia argentina antes de que llegaran Videla y los suyos y otros muchos se fueran o desaparecieran. Entonces, por cuidar del presupuesto, opté por otro título del mismo autor, El escarmiento. La ofensiva de Perón contra Cámpora y los Montoneros, 1973-1974. Que resultó ser excelente. Nadie fue tiene como subtítulo "Crónica, documentos y testimonios de los últimos meses, días y horas de Isabel Perón en el poder. El libro que ahora nos ocupa trata justamente del momento post-Perón y se detiene en los primeros días tras el golpe de Videla. Mientras El escarmiento estaba excelentemente construido y narrado, éste, que he leído ahora en formato electrónico, es torpe, fragmentario. Fallido. Sirve para contar el proceso que llevó al inevitable golpe de Videla (era o eso o la guerra civil abierta) y aportar algunos datos interesantes. Sin articular el discurso histórico como hizo en El escarmiento

Como notas para guardar, me quedo con una reacción de Perón ante la infiltración comunista en el peronismo y que son vigentes ante los tejemanejes y camuflajes de los comunistas españoles de houy. Ahí va: ¿Qué hacen en el justicialismo? Porque si yo fuera comunista, me voy al Partido Comunista y no me quedo ni en el Partido ni el Movimiento Justicialista. Y remachaba en pregunta retórica el viejo zorro argentino: Todos los que hablan de la tendencia revolucionaria ¿qué es lo que quieren hacer con la tendencia revolucionaria?

Otro dato sorprendente: la opinión de mi amado Ernesto Sabato tras el golpe: La inmensa mayoría de los argentinos rogaba por favor que las Fuerzas Armadas tomaran el poder. Todos nosotros deseábamos que se terminara ese vergonzoso gobierno de mafiosos. 

Y más sorpresas sobre Juan B. Yofre (copio tal cual de Wikipedia):

En 2008, Yofre fue procesado por la justicia argentina junto a otros ocho acusados por espionaje a los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner en una causa que se encuadra en las figuras de asociación ilícita y encubrimiento agravado.

La Cámara Federal de Apelaciones de San Martín investigó y proceso al ex jefe de la SIDE, Juan Bautista Yofre; junto con el ex policía aeroportuario Pablo Alfredo Carpintero, al general del Ejército Daniel Manuel Reimundes; así como los periodistas Carlos Orlando Pagni (columnista de La Nación), Edgar Mainhard (Urgente 24), y Roberto García (columnista del diario PERFIL).

La Cámara sostuvo que se tiene por acreditado que, al menos desde agosto de 2006 hasta agosto de 2008, los integrantes de la asociación ilícita interceptaron mails "de distintos funcionarios del gobierno nacional".7 8 Según confirmó la cámara, Yofre utilizaba contactos en la SIDE para obtener mecanismos de inteligencia. Fue embargado por 400 mil pesos.


Lecturas: Los Románov 1613-1918 (Simon Sebag Montefiore)

Prometía, y sigue prometiendo, ser el libro definitivo sobre la gran dinastía imperial de Rusia. Se ha quedado en un documentadísimo compendio de hechos y de pasiones entrelazadas. A la que le falta la exposición razonada y desapasionada de los momentos históricos y le sobra justamente todo lo que tiene. Una lástima. Quien quiera saber más sobre los Románov tendrá que buscarse monografías sobre los reyes y reinas que prefiera. Esta mole de libro (958 páginas) sirve para que sepamos lo esencial, por más que a las figuras principales dedique casi 100 páginas a cada una (y casi 300 a Nicolás II, en todo momento llamado Nicky). Es como si contara sólo los hechos de las personas, pero no de los monarcas que fueron. Tras la lectura, queda el monumento a la estupidez arrogante, a la petulancia suma, de Pablo I, la desmesura festiva de Pedro I el Grande, la erotomanía sentimental y fervorosa de Alejandro II y Ekaterina Dolgorúkaya o la torpeza inconsciente, no atenuada por la pena que produce su atroz destino, de Nicolás II. Poco más. Al terminar el libro, sabemos mucho más sobre los Románov, pero muy poco sobre Rusia. Tal vez porque era simplemente eso lo que se proponía el autor.


Lecturas: Sauce ciego, mujer dormida (Haruki Murakami)

El fervor del anterior libro (y el primero por mí leído) de Murakami se ponía a prueba con este volumen, también de relatos. Esta vez el resultado de la lectura es satisfactorio, pero inferior en la mayor parte de los cuentos. En un volumen de 386 páginas, el placer comenzó en la 205. Y se mantuvo hasta el final. Hasta ese instante, los relatos eran un tanto fríos, un tanto kafkianos (Kafka en la orilla es la novela de Murakami que diversas veces me han recomendado). Vidas cotidianas en las que irrumpe un hecho que rompe la monotonía y la lógica, esas cosas. A partir del cuento Tony Takitani irrumpe el factor subjetivo, y lo que eran escenas normales repentinamente enrarecidas pasan a ser parábolas sobre el amor, los sentimientos, la soledad, el azar, el destino. Expresadas con pudorosa contención. Pero con dosis altas de emoción. Además de la narración citada, El hombre de hielo, Hanalei Bay y La piedra con forma de riñón que se desplaza día tras día son tres casi obras maestras, piezas modélicas. Modelos a imitar. Hay mucha elegancia, mucha emoción contenida que busca para asomarse en las últimas líneas. Una grata confirmación tras afrontar 204 páginas de indiferencia y de promesas incumplidas o ni siquiera formuladas. Seguiré, obviamente, con Murakami.